domingo, 1 de abril de 2012

España, en huelga contra la reforma laboral del Gobierno.


Foto de Samuel Sánchez.



Con un imprevisto resultado electoral que se convierte en amarga victoria del PP en Andalucía, vencida por la unión de las izquierdas, y con un Gobierno de derechas que aún no lleva ni cien días de mandato, el pasado jueves se registra en España la primera huelga general. Es el octavo paro general de la democracia en uno de los países europeos que padece el mayor y más acuciante problema de desempleo de su historia, con 5,3 millones de desempleados. Al día siguiente, Rajoy aprueba, como si la huelga no le afectara lo más mínimo, el más austero proyecto de presupuestos del Estado de la democracia. Tampoco esta vez, como en la anterior, con la reforma laboral aprobada por el Zapatero, el Gobierno de Rajoy rectifica. Al contrario, sigue pensando o, al menos, da a entender que la nueva reforma laboral contribuirá, a medio plazo, a la creación de empleo. Por el contrario, los socialistas que antes ya habían aprobado otra, con la oposición de la derecha, ahora consideran que creará más despidos. Por esto apoyan la huelga general que, según Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, trata de echar el freno a un gobierno que “acabará con todo”. Así lo asegura el secretario general de CCOO: “Este es un Gobierno decidido a imponer la reforma al precio que fuere. Se han llevado por delante toda la arquitectura social y laboral que estaba en vigor desde la transición democrática. No sé si son conscientes de lo que hacen, pero han abierto un conflicto de consecuencias incalculables. Y nuestra obligación es defender los derechos de los trabajadores y hacerlo con todos los instrumentos que la Constitución pone en nuestras manos. La huelga general es uno de ellos”. Para el secretario general de UGT, es el camino que nos conduce al precipicio de más recesión económica, más desempleo, mucha más precariedad laboral y menos protección para todos los ciudadanos. De ahí que concluya: “Debemos movilizarnos ahora para no vivir atenazados el resto de nuestra vida laboral”. Este es un recorrido de 24 horas por una España en huelga.




Bombero intenta apagar los contenedores incendiados en la Calle Balmes de Barcelona.



Las protestas por los recortes y medidas de la reforma laboral del Gobierno se extienden, durante el 29-M, por una España vigilada y controlada por policías. El Ministerio del Interior desplaza a Madrid veinte Unidades de Intervención Policial (UIP), unos mil antidisturbios aproximadamente para blindar la capital y evitar posibles incidentes. En total moviliza a 42.000 agentes en toda España. Ni en los tiempos más duros del franquismo hubo tanta policía por las calles, dispuesta a cortar en seco cualquier provocación y a prevenir otras. Y su imagen prepotente, provocadora y nada discreta es como “ese tufillo chulesco y macarra que no puede tener otro objetivo que meter miedo entre la ciudadanía”. Así lo escribe RGAlmazán en su blog Kabila: “Hasta ese día, todo el PP al unísono hablaba de que no moverían una coma de la reforma laboral. Ayer mismo (día de la huelga) la ministra del paro (lo del empleo es una falacia) dijo que no tocarían ‘las partes troncales’ de la reforma. ¿Cuáles son las que van a tocar? Y aunque parezca que no, eso es porque están heridos. Hay que seguir presionando, que no escapen”. Pero, en algunos lugares, como en Cataluña, los disturbios, altercados y enfrentamientos violentos, con la quema de contenedores y de algunos locales, son la norma habitual. Pese a ello, las normas para pasar ese día de lucha circulan por Internet: “No utilizaremos el coche, no usaremos bancos ni cajeros automáticos, no entraremos a comprar en los comercios, no iremos al cine ni al teatro, no entraremos en bares ni restaurantes, (ni siquiera al término de las manifestaciones), no utilizaremos el transporte público (salvo para asistir a las manifestaciones)”…



En la Diagonal, de Barcelona.



Decenas de manifestaciones recorren este jueves las calles de las ciudades españolas. CCOO y UGT organizan 111 marchas, en otras tantas localidades, contra la reforma laboral impuesta por el PP y en defensa de los servicios públicos. La primera y más importante, la de Madrid, parte a las 18.30 de la Plaza de Nepturno y concluye en la céntrica Puerta del Sol. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid permite la llegada al kilómetro cero y condena a la Delegación del Gobierno a pagar las costas procesales por un máximo de 800 euros. Además de las manifestaciones organizadas por los sindicatos mayoritarios y los nacionalistas (CIG, LAB, ELA, CSC...) en otros casos son convocadas por otros sindicatos como CGT, NNT y SO. El 15-M, movimiento de los “indignados” que había organizado otras marchas en varias ciudades españolas, secunda la huelga general convocada por los sindicatos, pero lo hará por su cuenta, al margen de los mismos. “Acampada Sol”, una de las vertientes del 15-M, recuerda que sus miembros apoyan la huelga pero prefieren “recurrir a formas alternativas de presión social y buscar la manera de implicar a personas sin empleo y precarias”. En una asamblea general, los indignados deciden alejarse de la postura de los sindicatos y pactan finalizar las protestas en la Puerta del Sol, donde surgió el movimiento. Por su parte, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado refuerzan su dispositivo para frenar las posibles consecuencias de las movilizaciones convocadas por los sindicatos.



Iñigo Errejón, doctor en Ciencias Políticas.



La reforma laboral representa un mazazo para todos los jóvenes parados o en unas condiciones laborales cada vez más precarias que, en muchos casos, siendo la generación más formada, está obligada a irse fuera del país para encontrar un trabajo. Por eso, el movimiento estudiantil, surgido al calor de las movilizaciones del 15-M, prepara su propia jornada de huelga. “Esta huelga –declara Iñigo Errejón, doctor en Ciencias Políticas e investigador en la Complutense– la libran dos sectores contingentes, el grueso de asalariados que ha conocido los derechos del pacto social y, por otra parte, un creciente sector de jóvenes precarios que han quedado fuera de ese pacto”. A su juicio, “esto es complementario con la movilización laboral de los sindicatos”. Se registran encierros en la Universidad Autónoma de Madrid y en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, en el campus de Somosaguas. El martes por la tarde, más de un millar de universitarios y estudiantes de Instituto se manifiestan en el centro de Madrid, de Colón al Ministerio de Educación, bajo el lema “En clase y en el curro, lucha por tu futuro”. Los cánticos contra los recortes en Educación por parte de estudiantes de secundaria con las camisetas de la ‘marea verde' se mezclan con lemas como “Si nos roban el futuro, bloqueamos la ciudad”.



Indignados, al margen de los sindicatos.



Por su parte, los “indignados” del 15-M secundan un paro en el que también se ven representados los desempleados, los jóvenes y los pensionistas. Critican a los sindicatos de clase por su “falta de liderazgo” y por su “sometimiento al poder político”, pero sintonizan con sus bases, creyendo haber llegado el momento de remar juntos. Y acaban por apoyar la huelga general del 29-M, aunque lo hacen desde un “bloque crítico”. Asambleas del 15-M de Madrid, colectivos universitarios, asociaciones de vecinos y centros sociales se unen bajo la iniciativa “Toma la huelga”, mostrando en la calle su rechazo a una reforma laboral impopular que conlleva una “merma de derechos”. Democracia Real Ya (DRY), una de las ramas del 15-M, también respalda la convocatoria de huelga desde el bloque crítico. “Tenemos que luchar con todas las armas a nuestro alcance –asegura Kike Castelló, integrante de DRY–, a favor de los derechos de los trabajadores. Este paro tiene que ser un toque de atención a Rajoy y a los mercados”.



Comidas y tiendas gratis del 15-M en apoyo a la huelga.



El movimiento 15-M, que ha apoyado la huelga general en todas sus asambleas, aporta y desarrolla ideas originales. Por ejemplo, la presentada en Madrid –una iniciativa que también lleva a cabo en todas las provincias– con la convocatoria en las plazas más señeras de cada barrio. Muchos de los componentes del movimiento de indignados aportan guisos, viandas, bebidas y un largo etcétera para tomar y ofrecer gratuitamente a los respectivos vecinos. La amplia simpatía que despierta el 15-M en los barrios, donde está implicado en los problemas de los mismos, aumenta con esta comida de hermandad y camaradería en la que participa y degusta todo aquél que quiere. Igualmente, se montan servicios de trueques, de guarderías, de talleres pata niños y hasta de tiendas gratuitas en la que los componentes del 15-M aportan objetos para cambiarlos o regalarlos. Los indignados hacen una “siesta simbólica” en la Plaza de Cibeles y, bajo el lema “Dormíamos, despertamos”, marchan hacia la Puerta del Sol, epicentro del Movimiento 15-M desde su eclosión. Y siguen con otras iniciativas, como la marcha hacia Cibeles, la protesta ante la sede de la Comisión Europea –responsable de imponer los recortes a España con la aquiescencia de los Gobiernos–, en el Paseo de la Castellana, y las diversas marchas convocadas para protestar por la reforma laboral.



El secretario general del sindicato nacionalista CIG, Suso Seixo.



Pero ¿quiénes son los que convocan la huelga general antes de que lo haga CC OO y de UGT? “Poca gente –dice Eduardo Muriel– recuerda que la huelga del jueves fue convocada por primera vez por un grupo de sindicatos gallegos que suman apenas unas decenas de miles de afiliados, englobados en la Confederación Intersindical Gallega (CIG). Poco después se sumarían algunos sindicatos vascos, también muy activos, como ELA o LAB. Ante la larga indecisión de CCOO y UGT, los sindicalistas gallegos optaron por dar el paso”. Suso Seixo, secretario general de la CIG afirma: “Había que lanzarse ante unas medidas tan duras”. Aunque estaban en contacto con otras formaciones, Seixo subraya que estaban dispuestos a hacer la huelga general solos, si no se sumaba el resto de sindicatos. “Aquí, en Galicia –explica– estamos pasando por una situación muy dura. Los servicios básicos están prácticamente desapareciendo y el nivel de desempleo está cerca del 20%”. El sindicato gallego, de posición nacionalista, se define como un sindicato de clase y trata de promover el debate en los centros de trabajo sobre el modelo neoliberal. “Nosotros –asegura Seixo– tenemos una visión completamente distinta de cómo enfocar el tema de la crisis económica. Además tenemos diferencias en el marco de relaciones laborales. Luchamos por un marco soberano, que esté cerca de la gente… La lucha de clases ante una política de imposición de un capitalismo salvaje está más de actualidad que nunca, y la única manera de confrontarnos con el capital es a través de la organización, de los sindicatos. Vamos a tener que combatir en el día a día, en las empresas, para intentar impedir que se aplique la reforma. Estamos organizándonos para dar la batalla en las empresas, porque esa va a ser la clave”.



Diego Cañamero y Manuel Gordillo, juntos en una rueda de prensa.



Al otro lado de la península, el Sindicato Andaluz de Trabajadores es un ejemplo más de actividad sindical frenética. Desde 2007, el SAT lleva a cabo una serie de movilizaciones: cortes de carretera, marchas, ocupaciones de bancos y de fincas, hasta dos huelgas generales en diferentes puntos de Andalucía. Diego Cañamero, secretario general del sindicato, ironiza con la convocatoria de huelga tras la desmovilización de los últimos meses: “Si CCOO y UGT convocan ahora una huelga, pues bienvenidos a la lucha”. Cañamero tiene claro que “los sindicatos se han movilizado por la presión de la calle y, sino, se quedan fuera de juego”. De esta manera, el SAT se unió a la convocatoria de huelga, ya que son de la opinión de que “todo el que sale a la calle, aunque sea por conveniencia, hace algo positivo, porque es una experiencia educativa, una forma de hacer entender a la gente que la única forma de conseguir cosas es la movilización”. Sin embargo, Cañamero apunta que un día de huelga no es el objetivo. “Lo que hace falta es mantener la lucha en el tiempo, por eso el SAT va a convocar a todas las organizaciones alternativas que están fuera de los sindicatos oficiales [CCOO y UGT], para emprender una movilización permanente”. La lucha para los sindicatos pequeños no es fácil, y Cañamero lo reconoce. “CCOO y tienen el dinero del Estado y los medios de comunicación a su servicio –se lamenta–; nosotros tenemos las multas, los juicios y la marginación de los medios”.



En vísperas de la Huelga General, Fátima Báñez, la ministra de Trabajo, que nunca cotizó en empresa alguna porque nunca trabajó como una obrera, tiene un curriculum “profesional” construido como “liberada política” y pasará a la historia como la artífice de la reforma laboral más lesiva para los trabajadores. Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, espera que se respete el derecho al trabajo y que la jornada sea “absolutamente” pacífica y tranquila. Independientemente de que la huelga general se considere un éxito o no, “no hay duda” –repite De Guindos– de que la nueva reforma laboral no se modificará ni un ápice”. Por su parte, Cristóbal Montoro, ministro Hacienda y Administraciones Públicas, asegura que el Gobierno, “no va a ceder” ante la huelga porque supondría “profundizar” una crisis que ya ha destruido muchos empleos. “La disyuntiva no es una huelga general más o menos seguida, sino salir o no salir de la crisis, eso es lo que está en juego. La huelga, por supuesto, es un elemento propio de la democracia, del Estado de Derecho, pero no es un elemento de debate político para hacer retroceder al Gobierno. Ése no es el sentido. El sentido es llevar las iniciativas pertinentes a la Cámara”.



Esperanza Aguirre, junto a junto al vicepresidente regional, Ignacio González.



La presidenta madrileña carga, en vísperas de la huelga general, contra el paro sindical. Además de animar a todo el mundo a no seguirla, advierte contra posibles actos de violencia durante la jornada, antes siquiera de que ésta dé comienzo. Esperanza Aguirre hace un llamamiento a “todos los ciudadanos a ir a trabajar mañana”, dando por hecho que habría actos violentos. Pide a los ciudadanos que denuncien “cualquier acto de violencia o coacción de los piquetes” y que cuelguen, en las redes sociales, imágenes de esos actos. A juicio de UGT, las declaraciones de Aguirre son “un despropósito”. Pretende convertir en un problema de orden público “la huelga convocada por los sindicatos UGT y CCOO contra una reforma que desmantela el Derecho del Trabajo y concede amplios poderes al empresariado para que explote a su antojo a los trabajadores con la excusa de la crisis”. Para los sindicatos, sus manifestaciones ilustran sobre “el peculiar sentido de las leyes que tiene la presidenta del Gobierno Regional. Leyes al servicio de la represión de la clase trabajadora”. UGT tacha de “especialmente graves” las declaraciones de Aguirre, un día después de que las dos organizaciones convocantes de la huelga pidieran a la patronal y a los poderes públicos que garantizaran el respeto de este derecho fundamental. “Sus coacciones incluyen represalias de todo tipo, amenazas y despidos, en el caso de que se ejerza el democrático derecho de huelga”. En este sentido, UGT denuncia a más de 200 empresas por coaccionar, y anima a denunciar a quien sufre presiones de este tipo.



A mediodía del jueves, 29-M, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, secretarios generales de CCOO y UGT consideran que esta huelga general “ha sido un éxito democrático indiscutible”. Méndez vaticina una participación “multitudinaria” en las manifestaciones convocadas por la tarde. Dice que los datos apuntan a una participación de un 97% de seguimiento en industria y construcción y un 57% en las administraciones públicas, con lo que el dato medio de participación alcanza el 77%. Toxo añade que los sindicatos siguen abiertos a negociar y esperan que la participación masiva en la huelga sea la “señal” que el Gobierno está esperando para abrir el diálogo. En rueda de prensa conjunta, hacen una valoración de cómo está transcurriendo la jornada de huelga. Destacan que el paro general está teniendo mayor incidencia que las dos últimas huelgas, aunque reconocen que, “como siempre”, habrá “disparidad de criterios”. Y advierten de que “no cejarán en su empeño” de que el Gobierno abra una negociación para corregir la reforma laboral antes de que provoque más estragos de los que ya está causando. “Lo lógico –precisa Méndez– es que se aprestase a corregirla ahora, durante el trámite parlamentario. Si no, la tendrá que cambiar más adelante, de una manera vergonzante, empujado por la destrucción de empleo que va a causar y que ya se está notando”. Por su parte, Cristina Díaz, directora general de Política Interior, explica que el impacto de la huelga general es “claramente inferior” al que se registró durante el paro del año 2010.



Grupo de manifestantes recorren Madrid en bici.



La guerra de cifras del número de parados entra en el habitual baile, según sea sindicatos o administración quien las ofrece. Las gasolineras, salvo excepciones, permanecen abiertas. Un grupo de 500 ciclistas recorre el 29-M las principales calles de la capital, coreando lemas como “Hoy ni trabajes, ni consumas” o “Huelga general, huelga de consumo”. Los quioscos del centro de Madrid permanecen cerrados por lo que no es posible comprar los periódicos del día. Entre los contados incidentes que se producen en las primeras horas destaca la quema de dos contenedores en la Ronda de Atocha y en Lucero y la colocación de bolsas de basura para cerrar la calle Gregorio Marañón, en el polígono industrial de Nuestra Señora de los Ángeles, en Leganés. Asimismo, cerca de 300 estudiantes universitarios cortan la A-6, a la altura de Moncloa, paralizando los accesos y salidas a Madrid en una marcha que se dirige hacia la plaza de Callao. La marcha está convocada por la Plataforma Juvenil por la Huelga General. A las 8 de la mañana, en un comunicado conjunto de UGT y CCOO, se dan las primeras evaluaciones de la jornada de huelga en toda España: seguimiento masivo, incluso “total” en los sectores del metal, la construcción de infraestructuras, la minería y la recogida de basuras; centros de distribución de las principales ciudades paralizados; paros en alimentación y el sector químico entre el 80% y el 90%; paro prácticamente generalizado en las empresas de la construcción de infraestructuras y en las compañías cementeras y de maderas; 26 puertos del Estado parados, y cierre de los grandes centros de distribución como Mercasevilla, Mercabarna, Mercavalencia y la plataforma logística de Mercadona en León.



Distinta es la versión de la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, en su comparecencia en Televisión. Ataviada de perlas, vestida con ropa de alta costura y anillos de oro que se ven a un kilómetro de distancia, Cristina Díaz comparece ante las cámaras de televisión sosegando al personal hasta el aburrimiento. “El Gobierno –escribe Sandra Bravo en su web– quiso soltar a los leones a una cara (bonita) y desconocida para que diera cuentas de la crisis y no desgastara así a la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, quien claramente debería haber sido la portavoz gubernamental en un tema como este. Si lo que perseguían era dar un toque de humor a la huelga general y ofrecer un blanco perfecto para las mofas de periodistas y tuiteros, lo consiguieron al instante, pero fue un claro error. Cristina Díaz transmitió en todo momento inseguridad, incomodidad –se le notaba que quería acabar de leer la nota cuanto antes y salir pitando de allí–, e incompetencia –ojo, que no estoy diciendo que sea una incompetente–. No puedo valorarla. Pero ayer se labró una fama de niña pija e ignorante y, nos guste o no, acabamos siendo lo que la gente piensa que somos… Supongo que les interesaba más que el debate se centre en si Cristina Díaz parecía una colegiala o una actriz del anuncio de Loewe a que la gente hable de la huelga o de la reforma laboral en sí”. La red social Twitter registra toda una serie de comentarios que muestran su sorpresa ante el ‘estilo’ de comunicación de la directora general. “Cristina Díaz –dice uno de ellos–, nerviosa, ahogada, sin dinamismo al hablar… leyendo como si se tratase de un cuento infantil. Y es Directora General, Ole”. Cristina Díaz había tomado posesión de la Dirección General de Política Interior del Ministerio el pasado 14 de febrero. Y tenía tras de sí una trayectoria como juez y magistrada, fundamentalmente en la comunidad de Madrid. Fue incluso portavoz durante tres años de la conservadora Asociación Profesional para la Magistratura.



Vista aérea de la Puerta del Sol de Madrid durante la concentración en contra de la Reforma Laboral.



La manifestación, el acto central del día de huelga, termina en la Puerta del Sol. Con todos los accesos a la céntrica plaza repletos de manifestantes, los líderes sindicales proclaman la consecución de “una huelga como la copa de un pino” mientras los ciudadanos no dejan de corear consignas. Apuntan directamente contra la solución marcada desde Bruselas y espetan: “Ni deuda ni crecimiento, solucionad la crisis”. En la subida por la calle Alcalá hacia Sol se entonan cánticos contra la prioridad de rebajar el déficit público y la situación que sufre España en los mercados internacionales. “Nos negamos a pagar por salud y educación”, entonan algunos, fijando líneas rojas a Rajoy. Otros de los colectivos presentes son los ya habituales profesores de la educación pública, con sus camisetas verdes, emblema de los recortes, los trabajadores del espectáculo y un grupo de trabajadores de RTVE que, con camisetas naranjas, defienden la televisión pública. Los manifestantes colocaron una pancarta en una de las puerta de la sede del Banco de España en la que se podía leer “Cerrado por huelga general” y otra en el edificio del Banco Santander en la calle Alcalá, con la advertencia: “Estamos hasta los huevos de tanto recorte”. En la Puerta de Sol, sobre las 20.30 horas, los líderes sindicales se dirigen a todos los manifestantes, asegurando que la ciudadanía ha “vencido al piquete del miedo” y el “éxito” de la huelga no se puede disimular. “Señor Rajoy, este no es un conflicto entre sindicatos y Gobierno, sino entre Gobierno y la mayoría de la sociedad”. Méndez lanza un mensaje de apoyo a los trabajadores “amenazados” que no secundaron la huelga porque los “empresarios no lo permitieron”. “Iremos a los tribunales”, advierte. Y, tras avisar al Gobierno de que sólo hay dos opciones: “Cambiar o cambiar”, lanza un mensaje a la canciller alemana, Angela Merkel, a Bruselas y a los mercados: “Lo que está haciendo este Gobierno no tiene apoyo social. Que lo sepan”.



Un manifestantes, disfrazado de Muerte, frente a unos grandes almacenes del centro de Madrid. Foto Bernardo Pérez.


Y mientras cientos de miles de personas exigen al Gobierno que rectifique, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, critica a los sindicatos que convocaron la huelga general contra la reforma laboral por manifestarse en la Puerta del Sol “como si fuera la Bastilla”. “Estos sindicatos –añadió– caerán como el muro de Berlín”. En una entrevista en ABC Punto Radio, Aguirre defiende que los españoles están “a otra cosa” y que “lo último que necesita España es una movilización política y, por tanto, ilegal. Es como los pirómanos que se quejan de que vengan los bomberos”, dice Aguirre en referencia a la actitud de los sindicalistas, a los que tilda de “antipatriotas” por querer convertir “España en Grecia”. La jefa del Ejecutivo regional lamenta las imágenes de contenedores ardiendo al entender que mañana se verán en la prensa internacional, a pesar de que “la huelga no ha tenido incidencia en la mayoría de españoles”. Como ejemplo de ese sindicalismo que considera desfasado, Aguirre hace referencia a los piquetes “que van a gritar y coaccionar a las cocheras” del transporte público. “Necesitamos producir más si queremos salir del marasmo en que los socialistas nos han metido", apostilla Aguirre.



El centro de Barcelona arde, desde primeras horas de la tarde del jueves hasta el fin de la jornada de huelga, por los ataques de los violentos que, bajo capuchas y pañuelos, se mezclan con los manifestantes de la marcha de CGT y CCOO y los de la posterior con los sindicatos mayoritarios. Un piquete de unas mil personas, algunas con los rostros cubiertos, provoca un pequeño incendio frente a la Bolsa de Barcelona tras realizar pintadas e intentar varias veces derribar sus puertas. Varios bancos son, igualmente, atacados. Una cafetería, la Starbucks Coffee de la plaza Urquinaona, es quemada por los más violentos que revientan escaparates de comercios, desde un Corte Inglés a un Zara. Arde un centenar de contenedores de la ciudad. Lamentables incidentes que no tienen nada que ver con la actitud de la mayoría de huelguistas y manifestantes pacíficos, pero que siempre empaña esta clase de jornadas de protesta.



Juan Rosell, presidente de CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales, asegura que la jornada de huelga se desarrolla con “normalidad, tranquilidad y cumplimiento de los servicios mínimos”, aunque se muestra preocupado por la imagen exterior que puede ofrecer el país por incidentes “puntuales y concretos” que no se han producido de forma generalizada. Rosell admite que 2012 será un año “duro” y las reformas que habrá que poner en marcha costarán a todos “mucho. Por no decir muchísimo”. Preguntado por si los sindicatos deben reflexionar tras la jornada de huelga, Rosell reconoce que en la jornada del jueves “no se registró una altísima conflictividad en las empresas”. Sus palabras son pronunciadas antes de los incidentes de Barcelona. Y se limita a decir que la huelga es un derecho constitucional y que los representantes de los trabajadores han decidido hacerla “y punto”, aunque a la CEOE no le gustan este tipo de paros. “Nuestra esperanza es que el día acabe cuanto antes. Tenemos tantas cosas que hacer que no nos vamos a dedicar a hablar de la huelga”, subraya, tras asegurar que partidos, Gobierno, oposición y sindicatos se van a tener que entender para salir de la crisis.



En Barcelona, unos violentos queman un Starbucks. En otros lugares, varios contenedores arden durante los disturbios. Unos bomberos apagan el incendio provocado en una cafetería americana en el centro. Un manifestante, se tapa el rostro ante un fuego provocado.





Pero, en esta misma España de fuego, huelgas y protestas, no podemos olvidarnos del humor, creada por ella misma. Veámoslo en alguna de las villetas, publicadas por El Listo, Forges, Pat, Peridis, J. R Mora, Lorca, Berlich, El Roto, Mel o Cupido.












Como no podemos olvidarnos del humor de Pep Roig: El “botones” de Merkel, La gran crisis crea nuevos oficios o La gran estafa nacional.








Terminamos con una serie de vídeos que muestran las manifestaciones celebradas el 29-M en diversas ciudades españolas.










2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mi me parece que el 29-M, no ha supuesto más que un día estratégico añadido, tras la entrega de las notas en el cole, para ampliar el periodo vacacional de la semana santa. Santa o golfa, según se mire.
En España, la transcendencia, la gravedad y lo importante sirven como pretexto, escusa o tapadera de la esencia. (el cachondeo) Por ello, nada mejor que unificar y sacralizar en el tiempo, lo laboral con lo religioso. El logro mistico-espiritual alcanzado por tal conjunción resulta incuestionable. Un "diita" más.

Anónimo dijo...

chiflos.