jueves, 4 de diciembre de 2014

Gregorio Morán en la presentación de 'El cura y los mandarines'


Gregorio Moran, en la presentación de 'El cura y los mandarines'

 
El cura y los mandarines, del periodista Gregorio Morán, libro que analiza los vínculos entre la cultura y la política en España, entre 1962 y 1996, cancelado por la editorial Planeta que pidió que eliminara once páginas porque, de lo contrario, “les coserían a demandas”,  será finalmente publicado por Editorial Akal. Las famosas once páginas en las que hay críticas a instituciones como la Real Academia de la Lengua y a su exdirector, Víctor García de la Concha, fueron determinantes  para “uno de los libros malditos de la democracia”. Gregorio y Planeta cancelaron el contrato. Pero Tomás Rodríguez le abrió el camino para publicarlo en su editorial, Akal. “Planeta –explica éste– cancela el libro porque creen que pueden llenarse de demandas. Pero, publicar libros que ponen encima de la mesa informaciones no habituales y a veces muy incómodas no es nuevo para nosotros. A esta casa ya le han puesto varias demandas y las ha ganado. No hemos perdido nunca una en ese sentido, por lo que no es algo que nos deba asustar”.

Curiosamente, la prohibición de Planeta llegaba en el mes y, casi, en la semana en la que la RAE ponía a la venta la nueva edición de su Diccionario (el flamante Diccionario cuya 23 edición acababa de llegar al mercado con una tirada de 100.000 ejemplares), con lo que era fácil comprender el peso de esa inversión y los beneficios de la misma que podían, por otra parte, perder. “Luego de haber estado a punto de publicarlo en editorial Planeta –escribió el propio autor–, el libro más duro que he escrito, recibí la noticia de que dicho manuscrito no se podía publicar por ‘11 malditas páginas’ ”. Pero, tras haber dedicado diez años a la documentación y redacción de este libro, Morán se negaba a cambiar una coma. Y Akal ediciones se animó a publicarlo, previa aceptación de las dos condiciones impuestas por Gregorio Morán. El periodista asturiano agrega “dos paginitas para explicar el incidente tan chocante y divertido”. Morán había dedicado diez años de trabajo a este manuscrito de 700 páginas y aceptó  el “acuerdo de divorcio” entre él y la editorial Planeta. Lamentó, sin embargo, que hubiera tenido que ser así, sobre todo cuando, en 1979, hubo razones mucho más fuertes para censurar el libro que escribió sobre la vida de Adolfo Suárez, reeditado en 2009.

Morán nunca imaginó que García de la Concha, ex director de la RAE y actualmente director del Instituto Cervantes, fuera el causante de una auténtica ruptura con la editorial en la que venía publicando desde hacía 35 años. Según cuenta Morán, Víctor García de la Concha controlaba y controla lo que parece ser el mayor negocio editorial que existe en España. En ese sentido, agrega que el libro más vendido en España y Latinoamérica es el diccionario de la RAE, con una media de 450, 000 ejemplares. En consecuencia, Morán deduce que alguien debió suministrarle a García de la Concha el texto que se dedicaba a él, dadas las buenas relaciones de Planeta que había comprado Espasa: editorial que “tiene el monopolio de la publicación del diccionario de la RAE”. Y, aunque, desde la editorial Planeta, le dieron tiempo para pensarlo, Morán les dijo “que era tiempo perdido, que yo no estaba dispuesto a quitar ese capítulo que, además, me parece importante porque formaba parte de lo que yo estaba denunciando sobre los mandarines de la cultura…”. De esta manera llegó el  “divorcio amistoso”.

La obra nació de una pregunta insatisfecha: ¿qué fue sucediendo para que los mandarines, las figuras críticas de nuestra cultura de los años sesenta, se fueran haciendo cada vez más conservadores, hasta convertirse en institucionales? De esta forma “El cura y los mandarines”, un magistral y agudo relato del devenir de los intelectuales –académicos, novelistas, poetas, políticos y artistas– es un reflejo de los mismos que conforman la cultura institucional española de la segunda mitad del siglo XX. Y, tomando como hilo conductor la figura del “cura” Jesús Aguirre, Gregorio Morán, uno de los últimos y más grandes representantes del periodismo crítico, presenta una implacable historia intelectual de la cultura española y sus protagonistas entre 1962 y 1996.

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