jueves, 10 de diciembre de 2015

Diario de juventud de Zenobia.

Zenobia y Juan Ramón.

Alianza Editorial publicó los tres volúmenes de los Diarios de Zenobia correspondientes a los años que pasó con el poeta de Moguer. Se extienden desde 1937, cuando tuvieron que exiliarse, a 1956, la última etapa del exilio de la pareja en Puerto Rico.  Ahora, la Fundación José Manuel Lara acaba de publicar el “Diario de juventud de Zenobia”, con prólogo e introducción de Emilia Cortés Ibáñez que nos habla de la otra Zenobia, la que fue adolescente y joven y que llevó una relativa vida independiente antes de ligarse durante 40 años con Juan Ramón.

Con este libro, Zenobia Camprubí, aquella que algún día se mantuvo a la sombra del gran poeta,  consigue demostrar que, lejos de ser una figura subyacente del poeta, fue una mujer de firmes principios y conformada personalidad. En este lanzamiento póstumo, que incluye 27 poemas inéditos, aparece una Zenobia que nada tiene que ver con la mujer que se mantuvo siempre en muy discreto plano y en segundo término del gran poeta. En “Zenobia Camprubí. Diario de juventud. Escritos. Traducciones” vemos a una Zenobia que existe sin el poeta. Y, a través de sus poemas, se va erigiendo ya no solo una personalidad que después veremos esbozada en la vida con el poeta, sino también una poeta magnánima con una voz narradora notoriamente sustancial.

Percatamos cómo la misma Zenobia, cuando vivía con su madre, se mostraba esquiva ante las muestras de cariños y mimos por parte de su madre. Este destierro de los afectos propios de una madre los veremos reflejados en el posterior comportamiento con el poeta, con la vida que tuvieron en común, en la que ella, de manera voluntaria, se centró en la vida de éste, y que muchos pueden entender como una forma de doblegarse, aunque ella lo entendía, y sentía, como un verdadero acto de amor. De ahí surge la leyenda de la Zenobia mártir que, por suerte, la publicación de los Diarios desmiente. Asume a veces cierta actitud de custodia ante un hombre negado para ciertos aspectos de la vida, a la que no terminaba de adaptarse, pero es la mujer emprendedora, quizá por esto mismo. Es la creadora de Arte España, estandarte de las artes decorativas españolas al exterior durante los años sesenta, abiertos al turismo. Zenobia ve ya esa necesidad de crear lo que ahora se englobaría en la llamada Marca España, y realiza esa creación pionera en la época de la República.

El libro abarca los años 1905-1911, es decir, la adolescencia y primera juventud de una autora sobre la que pesan demasiados clichés y cuya personalidad e independencia no se han resaltado suficientemente. Un libro que porta abundante información sobre los gustos, lecturas y opiniones de Zenobia entre los 18 y los 24 años, no exentos de cierta puerilidad, pero que  revelan bien a las claras a una mujer de mucho brío y carácter, influida por la figura materna y obsesionada por dejar constancia de sus vivencias de una manera constante, en un país que, por su pasado y presente católico, no es muy dado a la confesión pública. Zenobia se nos presenta así como una rareza en la tradición española y muy en la línea de la tradición anglosajona, que suponía en la España de los años treinta, de tendencia francófona, una revolución cultural sin parangón, como en cierta manera supuso la relación de su marido con poetas británicos y norteamericanos. Su vida se apagó el 28 de octubre de 1956, una vez que le concedieran a Juan Ramón el Premio Nobel.

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