sábado, 2 de enero de 2016

Las ovejas votaron al lobo.

"Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos". Edward Murrow.

“Elecciones en España en muy preocupante contexto –escribe el periodista y escritor, Xavier Caño en Centro de Colaboraciones Solidarias–.  La industria mengua, la economía no arranca, los salarios bajan, el paro continúa muy elevado, se enquista una precariedad laboral estructural, se reducen las ayudas a la mayoría de desempleados… Con tal panorama, en el que los nuevos empleos alardeados son temporales, precarios y miserables, y con un escenario en el que un 15% de trabajadores no dejan de ser pobres aún con empleo, el Partido Popular (PP) aparece todavía en los sondeos como el más votado. Pero pierde electores y tendría sesenta y tantos escaños menos. Esa situación, más el desprestigio del bipartidismo, provocan que las llamadas élites se hayan apresurado a organizar el relevo del PP. O su refuerzo. Ciudadanos. Partido joven, maquillado para parecer nuevo, con aires modernitos, laico y ni de izquierdas ni de derechas. Según ellos. Ciudadanos se cuece tras el susto de la derecha económica por el resultado de las elecciones europeas y la posterior subida de intención de voto a Podemos. Precisamente cuando, además, en el Reino de España se habla sin disimulo de nuevo proceso constituyente, acabar con el bipartidismo… Y a las élites no les llega la camisa al cuerpo.

“El pistoletazo de salida de la reacción lo dio Josep Oliu, presidente del Banco de Sabadell. En una charla en Madrid hace año y pico dijo claramente que necesitaban un Podemos de derechas. Y nació Ciudadanos. Limpio y, por ahora, sin la corrupción que encharca al PP al por mayor. Lo contó muy bien Agustín Moreno: ‘La operación salió redonda y, desde el españolista partido catalán Ciutadans, de Albert Rivera, se construyó a toda prisa una franquicia para todo el Estado. Con dirigentes y candidatos de aluvión, sin apenas militantes ni afiliados, pero con una generosa financiación y el apoyo de grandes grupos de comunicación’.

“Desde su presentación en sociedad, Ciudadanos, que es, según Vicenç Navarro, un proyecto de la gran patronal y grandes empresas del IBEX-35 para frenar a Podemos, juega al despiste sobre su ubicación en el abanico político. Pero se le vieron las vergüenzas al dimitir la candidata octava de la lista de Ciudadanos en las elecciones municipales de la catalana Mataró. Se fue la muchacha tras leer el programa electoral del hasta entonces su partido por ser ‘contrario’ a la izquierda moderada que ella creía ser ideología de Ciudadanos (…) Para más inri, en su programa electoral fusilan informes, cortan y pegan textos repetidos y se contradicen en propuestas. No son serios. Urge por tanto avisar a los cuatro vientos de que votarlos es hacerlo a la derecha de siempre, aunque muy maquillada.

“Según los sondeos –termina recordando Xavier Caño–, ni PP, ni Ciudadanos, podrán formar gobierno solos, pero juntos tal vez sí. Por eso conviene esclarecer a los embelesados por la aparente modernidad de Ciudadanos que, si se les vota, se propicia un gobierno de derechas. Y ya hemos sufrido demasiada derecha. La derecha recortaría 20.000 millones de euros del presupuesto público, daría otra vuelta de tuerca a la reforma laboral y habría más empleo temporal, cutre, precario y mal pagado. Además de que arremeterían contra las pensiones públicas por tercera vez en pocos años. Suma y sigue. El poeta mexicano Guillermo Aguirre retrató con humor a elecciones y votantes: ‘Aunque a ustedes parézcales bobo, las ovejas votaron al lobo. Y, con sus tiernos corazones, por el gato votaron los ratones. Más aún, con fama de ladinas, por la zorra votaron las gallinas’. Y acaba el poeta con esta descarnada lucidez: “Caro lector que notas esa incongruencia, ¿no haces tú lo mismo cuando votas?’ ”.

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