martes, 12 de abril de 2016

Los indignados de París.




Miles de ciudadanos parisinos se concentran desde la noche en la Plaza de República para revelarse contra las políticas del Gobierno socialista de François Hollande. Los indignados de París, reunidos bajo el lema #NuitDebout (Noche en pie), siguen ocupando la simbólica plaza de la República de París manifestándose, como lo hicieran los españoles en mayo del 2011 en la Puerta del Sol, contra la reforma laboral, las dificultades para acceder a una vivienda, la desigualdad, la globalización o el abandono institucional que sufren las personas refugiadas, con el mensaje de no ceder hasta que la lucha no haya finalizado. Desde el pasado 31 de marzo, cada tarde ocupan la plaza hasta entrada la noche y algunos se quedan acampándola de forma simbólica. Comenzaron siendo unos centenares en las asambleas ciudadanas, inspiradas en las del 15-M español. Y, pese a la prohibición de estas manifestaciones, el número de los indignados franceses no ha dejado de crecer y ya se han extendido a otras 36 ciudades del país.

El movimiento de “los indignados” franceses ha provocado turbulencias en el seno de la política nacional, sobre todo en el ala más izquierdista del Gobierno galo. Debaten qué hacer en un país en el que la extrema derecha toma fuerza frente a una izquierda débil y desencantada. A las concentraciones, compuestas en un principio por estudiantes de clase media mayoritariamente, se han sumado jubilados, obreros, ciudadanos de las afueras, parejas con hijos e incluso refugiados sin asilo y emigrantes sin papeles. Tras el desinterés inicial de los principales medios, empiezan a surgir artículos y programas en los más conservadores. El simplismo de las primeras críticas, como las del diario Le Parisien y sus “adolescentes lata de cerveza en mano” que llenan la République de “olor a cebolla”, ha evolucionado hacia desacreditaciones de mayor contenido político. Llevan pancartas con mensajes como “La revuelta crece”, “¿Trabajar para vivir o vivir para trabajar?” y pretenden crear un amplio marco de discusión para aportar soluciones sobre los problemas más candentes en la sociedad francesa. Es una iniciativa que pone en cuestión la  reforma de la ley del trabajo, que posibilita trabajar hasta 12 horas al día, la reducción de las indemnizaciones por despido improcedente, que las empresas realicen expedientes de regulación de empleo aún sin tener pérdidas y la reducción de los sueldos y del complemento de las horas extraordinarias. Muchos dirigentes conservadores se han sorprendido ante tal medida, tanto que incluso se habla de que Sarkozy no podría haber tenido las agallas de haber puesto en marcha una reforma laboral tan drástica, con recortes de privilegios sociales fijados desde el año 2000.

Hay cierto paralelismo entre estas manifestaciones de la Plaza Republique y las del 15M, en Madrid. Incluso miembros de Podemos, como Miguel Urgán y Xabier Benito, acudieron a ellas para mostrar su apoyo a los 'indignados'. Ambos aseguran que “es necesario que el movimiento 15-M pase por toda Europa”. Los 'indignados' españoles, junto a los parisinos, pasan la tarde y buena parte de las noches en asambleas y olocaron en un primer momento una tienda de campaña “simbólica” que los agentes obligaron a retirar. “Nuestras intenciones –protestan los manifestantes españoles de la Plaza del Sol– son apoyar a nivel político a Francia y protestar contra los ataques del neoliberalismo que estamos sufriendo en los últimos años”. Las convocatorias se mantienen  a través de los hashtags #SolEnPie, #NuitDebout y #NocheEnPie. En las pancartas, destacan lemas como “en París o en Madrid las calles son nuestras” o “la lucha está en la calle”. Las asambleas diarias a las 6 de la tarde en la plaza de la República continuarán al menos otra semana. El foco del movimiento está ahora en las banlieues, la periferia parisina. Según un sondeo realizado, el 60% de los franceses aprueba el movimiento Nuit Debout aunque solo el 27% afirma conocer sus reivindicaciones. El apoyo sube hasta el 76% entre los encuestados autodefinidos de izquierda frente a un 43% de los de derechas. Poco más de la mitad de los encuestados creen que Nuit Debout se agotará rápidamente frente a la otra mitad que opina que crecerá.

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