martes, 28 de junio de 2016

Pese a la corrupción, Mariano Rajoy se atreve a gobernarnos.


Mariano Rajoy ha demostrado a los que se ríen de sus torpezas, de su falta de carisma y de su desgaste, que, pese a la corrupción en la que el PP ha vivido rodeado, sabe superarse y conseguir 14 diputados más. En una “caótica y trastabillada” intervención en el balcón de Génova, reconoció: “Este es el discurso más difícil de mi vida”. Y terminó diciendo, entre chascarrillos y divagaciones: “Somos una gran nación, de las mejores del mundo, por supuesto, de Europa, y vamos a estar ahí a la altura de las circunstancias”. Pero, pese a su pueril forma de hablar, a sus botes y elucubraciones, el resultado de las elecciones le daba la razón.  “Rajoy gana otra vez, la izquierda paga su fractura –recordaba una editorial de CTXT–. El PP obtiene el 33% de los votos válidos (casi 700.000 más que el 20D) y 137 escaños, 14 más que hace seis meses  Al grito futbolero de ‘yo soy español’ y clonando el cántico podemita de ‘sí se puede’, los militantes del Partido Popular celebraron su tercer triunfo consecutivo, con cerca de 7,9 millones de votos y casi duplicó los resultados de la segunda fuerza, el PSOE. La victoria personal de Rajoy resulta sorprendente tanto por su volumen, que ningún instituto de sondeos llegó a prever, como por las circunstancias: desde diciembre, los escándalos de corrupción no han dejado de sucederse, pero el PP es la lista más votada en todas las comunidades, salvo Euskadi y Cataluña, y en todas las circunscripciones, excepto en ocho: Barcelona, Girona, Tarragona, Guipúzcoa, Jaén, Sevilla, Huelva y Lleida. El caso del PP, en los anales de la política: siendo uno de los partidos más corruptos de Europa, sigue siendo una máquina de ganar elecciones”.

CTXT insiste en que el PSOE salvó el orgullo y los muebles, “pero el formato marcadamente publicitario de su campaña y sus feroces ataques a UP conforman un escenario de penuria intelectual y cortedad de miras que resume tanto la decadencia de la socialdemocracia como sus tendencias suicidas. No resulta menor la frialdad que emana del resultado de Unidos Podemos, tras la campaña tremendista, elegida por su líder, Pablo Iglesias, que en su último mitin mostró la cara menos atractiva y más demagógica del ideario de Podemos. Las confluencias lograron 71 diputados y 5 millones de votos, los mismos que obtuvo sin IU en sus primeras generales, y un millón menos de los que lograron por separado…”.
El PSOE se siente satisfecho por haber evitado el “sorpasso” y seguir siendo el primer partido de la izquierda, dando casi por seguro de que el PP volverá a gobernar. Culpa a Iglesias de que, por su “intransigencia” y su “interés personal”, la derecha pueda seguir cuatro años más. “El PP de Mariano Rajoy –escribe José Luis Gómez– ha subido de manera apreciable y el PSOE ha resistido frente a Podemos, manteniéndose como la segunda fuerza política del país y la primera de la izquierda española. Se supone que los directores de las empresas de encuestas llamarán al socialista Pedro Sánchez para disculparse por su perseverancia en el error de los sondeos. Pero lo más relevante es que esta vez ya no se habla de repetir las elecciones, sino de formar Gobierno, lo cual puede que resulte difícil pero no imposible. La iniciativa en ese sentido le corresponde a Mariano Rajoy, que esta vez se supone que aceptará el encargo del rey Felipe VIl”.

Mariano Rajoy –puntualiza Vicente Matu– se ha ganado el derecho a ser presidente del Gobierno. Albert Rivera ha sufrido un descalabro que le deja casi fuera de juego. Pedro Sánchez, en cambio, ha cerrado la boca a quienes ya le estaban montando una gestora y no ha habido ‘sorpasso’. Toda una lección de humildad para Pablo Iglesias, el verdadero perdedor ‘moral’ de estas elecciones. El perdedor ‘moral’, de estas elecciones. “Ha recibido una lección de humildad de la que sólo él es culpable. Se quedan como estaban, con los 69 de Podemos y los 2 de IU”. Al final –advierte Fernando López Agudín– contra todo pronóstico, no ha habido sorpasso de Iglesias sino sorpasso de Rajoy. “La estrategia del miedo ha funcionado. Con ayuda de los medios de comunicación, en manos de la banca, se ha perfilado una imagen bastante tenebrosa de Unidos Podemos que ha dado sus buenos frutos. Eso sí, muy alimentada también por esa hostilidad socialista que, buscando no sufrir el sorpasso, se ha prestado a ella, a fin de beneficiarse para continuar como primera fuerza de la oposición. Quedarse tuerto con tal de dejar ciego al contrario. Las consecuencias están a la vista. Un giro a la derecha de una amplitud inesperada”. 

Rajoy sale al balcón de Génova y salta para celebrar los resultados del 26J Europa Press

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