domingo, 18 de diciembre de 2016

A la puta calle, el autorretrato de Cebrián y las fotos rotas o quemadas del rey.


Fue jefa de redacción de la edición catalana de El Mundo y trabajó también en la Cadena Ser, Radio Nacional de España, El Periódico de Cataluña, Antena 3 TV y Telecinco. Participó en el diseño de la redacción y el proyecto periodístico del diario ADN, perteneciente al Grupo Planeta, del que fue cofundadora y donde ejerció de subdirectora. En noviembre de 2012, según ella misma relata en un artículo, fue desahuciada de su vivienda porque, en el paro desde 2008, no pudo pagar la hipoteca contraída con el BBVA. Cristina Fallarás ((Zaragoza, 1968),  narra su propio desahucio en “A la puta calle”. La autora cuenta su historia real, de ser subdirectora de un diario que cerró y de tener una vida acomodada a engrosar las filas de los nuevos pobres. En los últimos años ha participado como analista en distintos programas televisivos como Migdia en 8tv, La Sexta noche (2013-2014) en La Sexta, Un tiempo nuevo (2014-actualidad) en Telecinco, Las mañanas de Cuatro (2013-actualidad) y La otra red (2014-actualidad) en Cuatro. En septiembre de 2016 fue nombrada directora de Diario 16 (digital).

Cristina Fallarás. 

El pasado mes de septiembre, el Consejo Editor de Diario16, editado por Multimedia Ediciones Globales, S.L., nombraba a Cristina Fallarás como directora de Diario16 Digital. Cristina siempre se ha distinguido por su independencia de criterio y por la libertad con la que ejerce el periodismo. Recientemente viajó al Sahara como enviada especial para cubrir el Congreso del Polisario. La periodista y escritora, feminista y luchadora por los derechos y las libertades de las mujeres, estudió Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Como escritora publicó Rupturas (Urano, 2003), No acaba la noche (Planeta, 2006), Así murió el poeta Guadalupe (Alianza, 2009), Las niñas perdidas (Roca Editorial, 2011), con la que ganó el premio L’H Confidencial de Novela Negra  y el Premio del Director de la Semana Negra de Gijón. Es una obra galardonada con el PREMIO HAMMETT INTERNACIONAL 2012 de novela negra. Cristina Fallarás ha sido la primera y única mujer en recibirlo en toda la historia del galardón. Igualmente publicó su ensayo “Últimos días en el Puesto del Este (DVD/Salto de página) consiguiendo el Premio Ciudad de Barbastro de novela corta, en 2011, y  “A la puta calle” (Del Bronce, 2013).  Sus novelas están traducidas en Francia e Italia. En el terreno editorial, Fallarás fundó y dirigió la web Sigueleyendo, pionera en España en el campo de la edición digital, que llegó a publicar cerca de un centenar de títulos. En el ámbito político, formó parte del grupo fundador del movimiento cívico Catalunya Segle XXI, impulsado por Pasqual Maragall. Asímismo, ha impartido clases y conferencias en diversas instituciones españolas, europeas y latinoamericanas.

Vanessa Montfort, Cristina Fallarás, María do Cebreiro, Raquel Lanseros y Alberto Escabias “Shone”, en la Feria del libro de A Coruña, agosto 2012. 

Con “A la puta calle”, se dispuso a contar su historia, una crónica de un desahucio desgarrador (uno más, como los miles que se han sucedido en España desde la crisis). Se trata de la historia de los nuevos pobres españoles, profesionales con décadas de experiencia y vida laboral a sus espaldas, con hijos, que tenían una vida acomodada y, ahora, se han quedado sin recursos económicos y, a veces, incluso sin techo. Fallarás sufrió en sus carnes este trago que explica en su libro. Pero no es la única... Cientos de miles de desahucios se han perpetrado en España, pese a que la UE ha declarado ilegal la legislación imperante en nuestro país, un primer paso y triunfo para organizaciones que intentan combatir esta lacra, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que ha iniciado una campaña para pedir la anulación de todos los procesos hipotecarios en base a la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE. Fallarás, que ha ejercido 'El Mundo', en la Cadena Ser, Radio Nacional de España, en El Periódico de Catalunya, Antena 3, fue subdirectora del desaparecido 'ADN' y es autora de novelas como 'Rupturas' y 'No acaba la noche', entre otras, cuenta lo que a cualquiera le podría pasar en esta situación económica. Estando embarazada de ocho meses, cuando perdió su puesto de subdirectora. El descenso en la escala social fue a partir de entonces imparable. A la precariedad económica de la familia, hasta entonces acomodada, se le sumó la social. Luego vinieron las aventuras profesionales para intentar mantenerse a flote. Fallarás forma parte del colectivo artístico fundado por Fernando Marías Amondo, llamado Hijos de Mary Shelley. Con él, participó en las sesiones de homenaje a la pionera feminista Mary Wollstonecraft y en el libro titulado Wollstonecraft. Hijas del horizonte, donde también figuran otras importantes escritoras como Espido Freire, Paloma Pedrero, Nuria Varela, Cristina Cerrada, Eva Díaz Riobello, María Zaragoza, Raquel Lanseros y Vanessa Montfort. 


“Cristina Fallarás –escribe Henrique Mariño, en Público.es– es un torrente de palabras que fluyen a través de un tupido paisaje poblado de gestos. Periodista incombustible, acaba de ser nombrada directora de Diario 16, después de pisar la moqueta de un sinfín de redacciones y de sacudirse el frío en la cola del paro. Practica la novela negra, aunque su último libro, ‘A la puta calle’, es la crónica de un desahucio en primera persona. Tiene dos hijos: Lucas, que guarda silencio pasillo adentro, y Pepa, que acaba de llegar a casa tras salir del cole”. “Los niños –cuenta Cristina– son los únicos que siguen teniendo una organización industrial en un mundo posindustrial. Todavía tienen ocho horas de trabajo, más las extras. Además, se da la paradoja de que la mitad de los padres no trabaja, aunque ellos siguen cumpliendo con sus horarios. Nadie curra ocho horas: el que tiene mucha suerte trabaja cinco, los que tenemos poca trabajamos catorce y los que no tienen ninguna trabajan dos cada diez días. Los críos son los únicos que nos anclan a una realidad que ya no existe, y los deberes son un ejemplo de ello. Ahora, los padres critican las tareas en casa, porque están todos parados. ¿Cómo iba a estar yo en contra hace una década, cuando curraba desde las diez de la mañana hasta las once de la noche? Entonces, si estaban entretenidos con los deberes, mejor, porque no ponían la tele. Pero ahora los padres recogen a los niños en el colegio a las cuatro de la tarde y quieren tiempo para estar con ellos. Porque están en paro y disponen de él, claro. ¿Si estoy a favor o en contra? Me dan igual tanto los deberes como la educación, que es una norma social. Cuando terminé la carrera, carecía de sentido volver a Zaragoza porque como periodista allí no tenía futuro. Además, yo era un poco punki y me empecé a llevar regular con mi familia. Una parte de ella, la que se imponía, era franquista, por lo que inicié un camino divergente y me quedé en Barcelona treinta años estupendos que acabaron siendo dificilísimos. Allí viví el inicio de esta crisis, que coincidió con el arranque del movimiento independentista” 


“En ‘A la puta calle’ –sigue Cristina sigue contando en la entrevista mantenida con Henrique Mariño– hay una parte de España que se ha desplomado y que ya no tiene nada. Ni siquiera un relato, nadie los mira. Tengo la sensación de que todos aquellos creadores de narrativa —del cine a la literatura, pasando por la música— se quedaron en la parte de arriba y son incapaces de mirar hacia abajo, no vaya a ser que se caigan. El problema es que son ricos… Mientras, paso a paso, avanza un régimen totalitario y de ultraderecha. En España ni siquiera nos hemos atrevido a decir que la ultraderecha está en el Gobierno. ¿Que no existe? Se llama Jorge Fernández Díaz, hasta hace poco ministro del Interior, pero podemos llamarlo de otra manera. ¡A la ultraderecha española la tenemos gobernando!...Estamos consumiendo estulticia. Es el pensamiento nada. ¿Dónde están los grandes pensadores que durante el tardofranquismo llevaron un mensaje radical de izquierdas? ¿Dónde están los Arrabal, García Calvo, Aranguren, Sánchez Ferlosio…? Yo, ahora, no soy comunista, sino roja, pero mira a dónde nos ha llevado la socialdemocracia. Nos vendieron que Tierno Galván era muy moderno y gracioso cuando decía aquello de ‘el que no esté colocado, que se coloque’. Pues me cago en sus putos muertos, porque se colocaron todos y se murieron, y eso es lo contrario de la lucha política. El grupo Prisa ha sido la constructora de la destrucción que supuso la transición española, dejando de lado el discurso complejo y popularizándolo [sic] todo. Déjate del PSOE: quién culpa a los socialistas no tiene ni idea de qué es una creación del relato… Te recuerdo que hace unos días el ministro del Interior condecoraba a vírgenes y afirmaba tener un ángel de la guarda. Eso se llama manicomio, no política. Fernández Díaz tendría que estar encerrado en un psiquiátrico para tratar su problema de superstición extrema. Pues esa extrema derecha, que supera naciones y Estados, decide adoptar los modos de lo revolucionario y convertirse en progresista, de forma que convierte a la izquierda en conservadora. Y en este momento no hay nada más conservador que una mujer de izquierdas, porque queremos conservar los derechos… Pensamos que si leías El País –fueras pobre o rico– y estabas de acuerdo con sus contenidos –en un sentido muy simbólico: si eras progresista, europeo, de izquierdas, o sea, la señora que se tumba en el sillón de Forges mientras su marido ve el fútbol–, no te podía pasar nada de todo eso. En fin, destruimos el marxismo, la posibilidad de la conciencia de clase y, por tanto, la posibilidad de agrupación y de lucha. Y, en España, lo destruyeron el PSOE y el grupo Prisa, como conductor del relato”.


Cristina llegó  a cobrar entre 5.000 y 6.000 euros al mes, y pagaba una hipoteca de casi 1.200 euros. Entonces era más barato comprar un piso que alquilarlo. Nunca pudo pensar que podría ser pobre. Pero, cuando estaba embarazada, fue despedida del diario ADN. “Luego, llegó el desahucio. Ingredientes suficientes para practicar el periodismo gonzo. Decidí contarlo en primera persona, porque es una impostura hacerlo de otra manera. La teoría periodística que estipula que no se puede usar la primera persona es una idiotez del tamaño de Mariano Rajoy. Al contrario, considero que es muy sano hacerlo. El gran problema de los medios de comunicación son la mentira y el periodismo de declaraciones: no narrar lo que sucede, sino lo que dicen que sucede. Eso es servirle de altavoz a la mentira política. Sin embargo, la pobreza es el centro de toda la política que vamos a vivir, y que será aterradora. Los sindicatos y los derechos de los trabajadores han sido destruidos; el marxismo se lo ha apropiado el capitalismo financiero para eliminar la idea de la lucha de clases; nos imponen verdades inapelables que equiparan justicia social a terrorismo, lucha social a terrorismo, inmigración y dolor a terrorismo… Desaparecida la religión, crean un nuevo pecado, y eso tarda muchísimo en eliminarse. Hace no mucho tiempo, nadie se cuestionaba la jornada de ocho horas, el contrato fijo, las vacaciones, ni que un sueldo te iba a dar para una casa y para comer. Entonces, ¿qué? Nuestro pacto social se basa en que yo trabajo para la sociedad a cambio de que ésta me permita vivir bajo techo y dar de comer a mis hijos. A cambio, no cruzo el semáforo en rojo, no mato, no robo, no violo a tu hija, no te arranco los dientes para comprarme una camisa… Pero si el trabajo ya no te permite vivir bajo techo ni dar de comer a tu familia, ¿por qué debería no robar? Durante una época, he robado habitualmente, porque para mí es más importante que mis hijos coman que respetar la norma de una sociedad que no me ampara. Lo primero que robé fue un tubo de pasta de dientes en un supermercado, porque hacía tiempo que les explicaba a mis hijos que la higiene era importantísima y que había que cepillarse los dientes”.


En “Diario 16”, escribe sobre las entrevistas que solicita a diversos líderes políticos, detallando por qué se niegan a atenderla. “Tienen miedo, aunque yo entiendo que Mariano Rajoy, Ada Colau o Pablo Iglesias son personas muy ocupadas. Hay dos problemas básicos. Por una parte, los políticos se han acostumbrado a que los medios sean herramientas de uso propio, no ciudadano. En el caso de los nuevos políticos, me parece grave, pues todos alientan que el flujo sea en una sola dirección, de arriba abajo, y usan los medios para hacer declaraciones. Por otra parte, las redes sociales acabarán siendo un método, o sea, una herramienta. En ese sentido, los medios ya están, si no muertos, agonizando. Cuando Iglesias y Errejón se enfrentan, por ejemplo, lo hacen en Twitter, lo que convierte a los medios en algo innecesario para la clase política. ¿Qué somos? En el fondo, unas marionetas en manos del poder, por mucho que digamos que somos otra cosa. No podemos interpelar al poder, solamente nos usan para comunicarse con el ciudadano y lanzar proclamas. Cuando uno intenta hablar con el poder, es casi imposible. De hecho, de las entrevistas que pedí, la única persona que me ha contestado varias veces para posponerla es Manuela Carmena. Ni Colau, ni Iglesias, ni Díaz, ni los presidentes autonómicos me han vuelto a contestar, aunque yo sigo escribiendo”.

       Juan Luis Cebrián en un fotograma de Salvados.
Y de esta periodista que se presenta desnuda ante los lectores pasamos a otro arropado por sus intereses y que los defiende con todas sus armas. Gerardo Tecé titula el artículo publicado en ctxt.es, “El autorretrato de Cebrián”, en el que dice que Juan Luis Cebrián ha publicado sus memorias y la promoción está consistiendo en pasearse por estudios de radio y televisión negando que la realidad sea real. “Como estrategia para vender las memorias de una vida profesional es, cuanto menos, curiosa. El equivalente en detergentes sería que, en el anuncio, la prenda siguiera con el manchurrón de tomate o grasa tras el lavado, mientras la voz en off nos habla de blanco radiante. El País no ha recorrido ningún camino ideológico de un tiempo a esta parte, él no decide sobre los medios de los que es presidente ejecutivo y como colofón resulta que la autocensura es una de las mayores preocupaciones de quien ventiló de sus medios a los periodistas que informaron sobre su vinculación con los papeles de Panamá. El ejercicio de cinismo merece un 10 en potro, anillas, suelo y barra. Ni Comaneci. Tras las evasivas, la insistencia de los entrevistadores, y tras la insistencia, la tensión. Autocensúrese un poco con ese tema, hubiera contestado en más de una ocasión, si no fuera porque en las entrevistas suele haber cámaras y micros. Sus entrevistadores, Évole y Alsina, quedaban ante la incómoda sensación de estar haciendo perder el tiempo a los espectadores. El único rédito que han dejado las entrevistas es el de ver el autorretrato pintado por Cebrián: como sus memorias, distorsionado y de otro tiempo”.


Pere Rusiñol comenta” El pobre Cebrián y los llantos del 'establishment' en ElDiario.es, en el que dice: “Cebrián es quizá el mayor símbolo del periodismo en España y el fundador de El País, el diario de referencia durante cuatro décadas. Pues su exhibición de cinismo y su actitud de perdonavidas –esta combinación letal que caracteriza al establishment al menos desde la Gran Recesión mundial que arrancó en 2007– fue tan indigesta que cualquier respuesta es una invitación a la desconfianza y hasta a optar por el camino contrario… El retrato que dibujó Cebrián de la situación de El País y de sí mismo es tan sonrojante que el desparpajo con que lo expuso sólo puede revelar hasta qué punto no ha entendido que a la gente no le gusta que le tomen por idiota. Este ‘periodista de izquierdas’ se presentó prácticamente como un pobre hombre al que obligan a seguir al pie del cañón en la dirección de Prisa en contra de su voluntad, al que le obligan a cobrar 13 millones de euros en pleno ERE de El País aunque ni recuerda la cifra exacta que se embolsó. Un tipo que no pinta nada en el diario que fundó, del que es apenas un mero lector; que dirige una multinacional que empieza a estar en buena salud financiera y sin la más mínima influencia de la banca; un humilde ilusionista capaz de hacer desaparecer hasta la condición de consejero de Caixabank a su buen amigo –¡y tan parecido!– Alain Minc; un pobre periodista que jamás ha llamado a ningún político para pedir nada y que no considera noticia de primera página que Zapatero indultara ilegalmente en su último Consejo de Ministros a un banquero vinculadísimo a Prisa que de lo contrario habría tenido que dimitir ipso facto. Un pobre diablo al que obligaron a quedarse unas acciones en Luxemburgo de una petrolera con intereses en uno de los conflictos más sangrientos y sucios de África; un pobre ciudadano víctima de la jauría global al que injustamente asociaron a los Papeles de Panamá cuando sería cosa de su exmujer, con la que estaba casado en régimen de gananciales; un ‘guardián de la libertad’ decepcionado hasta con los reporteros de El País porque optan por la cobarde autocensura”.


José Antonio Zarzalejos, en un artículo en “El Confidencial”, cree que la demanda de Prisa contra ‘El Confidencial’, en una conversación en la que habla de su marcha de la SER y del carrusel de polémicas entrevistas que está concediendo Juan Luis Cebrián, es “absoluta, total y completamente infundada”. Zarzalejos señala que le “parece absolutamente incompresible que [Cebrián] se haya metido en este laberinto”. El periodista entiende que “la promoción de un libro requiere apariciones públicas, pero hay que calcularlas”. “Me cuesta entender que haya hecho esta altísima exposición cuando ya sabía que había temas tan complicados para él”. En su entrevista con Jordi Évole, en Salvados, Cebrián dio por hecho que Zarzalejos había dejado de colaborar en Hoy por Hoy  –matinal de la SER donde “empecé en los años noventa con Iñaki Gabilondo”– para “no tener dificultades con El Confidencial. Algo que Zarzalejos ha negado rotundamente: “No he tenido ninguna dificultad. Nadie me ha sugerido que interrumpa mis colaboraciones, ni en la Cadena SER ni en El Confidencial”. Zarzalejos habla de la demanda con conocimiento de causa: “Además de periodista, soy abogado, he ejercido y sé leer una demanda. Y me parece absoluta, total y completamente infundada. Es inverosímil que pueda prosperar. Y quienes asesoran a Cebrián y a Prisa deben ser conscientes”.

Las diputadas de la CUP Eulàlia Reguant, Mireia Vehí y Grabiela Serra.
A una semana de iniciarse el debate de los Presupuestos de la Generalitat, el pasado lunes se abría una brecha entre Junts pel Sí y la CUP después de que los Mossos d’Esquadra detuvieran a tres de los cinco jóvenes de la izquierda independentista que se habían negado a declarar ante el juez por quemar fotos de Felipe VI durante la Diada. La CUP reclamó la dimisión del consejero de Interior, Jordi Jané, y, en una rueda de prensa en el Parlament, seis de sus 10 diputados (Mireia Vehí, Anna Gabriel, Gabriela Serra, Benet Salellas, Joan Garriga y Eulàlia Reguant) rompieron fotos del Rey, en un gesto de solidaridad con los detenidos. Vehí, que ejerció de portavoz, afirmó: “No daremos ni un paso atrás”. Y el grupo, que sostenía fotos boca abajo del monarca, vestido de gala, rasgó las imágenes. Vehí defendió a los detenidos –“lo volveríamos a hacer”– y acusó a Jané de no estar a la altura del proceso democrático que se vive en Cataluña. “Entendemos el mensaje del Gobierno de mano dura contra la izquierda anticapitalista. Y este es el nuestro: ni el Gobierno ni el consejero acabarán con el referéndum”. Horas antes, Marta Pascal, coordinadora general del PDECat, advirtió a la CUP de que la quema de las imágenes del Rey no amplía la base social del independentismo y que “el adversario en términos políticos es el Estado” y no los Mossos. Pascal aseguró que el Gobierno catalán “ni quiere ni puede” intervenir en una orden judicial que ordenó la detención. La CUP, por el contrario, entiende que el consejero debería haber ordenado a los Mossos que no atendieran la petición judicial.  Esquerra volvió a marcar distancias con la CUP. “No podemos pedir a los Mossos que hagan política ni que renuncien a las funciones que tienen”, aseguró Sergi Sabrià, portavoz de ERC. Y, en medio de la polémica, Xavier Domènech, diputado de En Comú Podem, lamentó la “judicialización de la política” y avisó de que la operación de diálogo con Cataluña que promueve el Gobierno queda inhabilitada con detenciones e imputaciones.

        Los cuperos, Laura Miralles y Roger Santacana, en el autobús interceptado por la Policía Nacional.

El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, puso en libertad con cargos a los cinco miembros de la CUP detenidos por no comparecer en los juzgados tras ser acusados de quemar de fotos del Rey en la Diada. Los hechos ocurrieron después de que furgones policiales interceptaran un autobús en el que viajaban varios independentistas con dirección a Madrid para apoyar a tres miembros de la CUP citados ante la Audiencia Nacional por un presunto delito de injurias y por la quema de imágenes del monarca después de ser detenidos por los Mossos d'Esquadra. Ellos no se habían presentado para declarar por videoconferencia ante el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu. La Policía Nacional obligó al conductor del autobús a desviarse a una gasolinera, a la altura de Alcalá de Henares (Madrid). Una vez allí, registraron el vehículo e identificaron a sus ocupantes, en la última fila del vehículo, entre los que se encontraban Santacana y Miralles. Los agentes les obligaron a bajar del autobús, fueron cacheados y les pidieron sus documentos de identidad. La Policía Nacional también inspeccionó parte de sus pertenencias, entre las que se encontraban pancartas y banderas independentistas. Dos horas después, eran detenidos y trasladados a una comisaría de la capital. Pero el juez Andreu puso en libertad con cargos a los cinco miembros de la CUP. Y el 'bus solidario de los países catalanes',  partió con destino a la Audiencia Nacional, donde declararon tres de los cinco acusados por quemar fotografías del Rey. 

      Josep Garganté, concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, quema una foto del Rey.
Además de la presencia de la 'cupera' Anna Gabriel, a las puertas de la Audiencia Nacional también acudieron diputados de En Comú Podem, como Xavier Domènech, Sònia Farré y Marcelo Expósito, miembro de la Mesa del Congreso. Todos apelaron a la “libertad de expresión” para justificar la quema de imágenes del monarca. Por la manera en que la Policía detuvo a dos miembros de la CUP que “identificó y cacheó a la treintena de personas que viajaban en el autobús”, ERC exigió la comparecencia del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. Santiago Vidal, portavoz de ERC en el Senado, solicitó que el ministro diera explicaciones cuanto antes a la Comisión de Interior y consideró que la conducta de las fuerzas de seguridad supuso una “vulneración al derecho fundamental a la libertad de deambulación y de movimientos” de los ciudadanos que viajaban en ese vehículo. “Lo que no podemos admitir de ninguna manera es que se coarte el derecho a la libertad de expresión”, insistió, puesto que los integrantes del partido independentista “tienen derecho a expresar su rechazo a la monarquía”. Y recordó que, en países como Reino Unido o EEUU, no es ilegal quemar banderas nacionales o imágenes de políticos. Por su parte, Francesc Homs,  portavoz de la antigua Convergéncia en el Congreso, consideró que la quema de imágenes del monarca fue “violenta” aunque consideró “desproporcionado” que este asunto terminase en los juzgados. Celia Villalobos, ex presidenta del Congreso, censuró igualmente la quema de fotografías del Rey, pero, en declaraciones en la Cámara Baja, calificó de “terrible” y de una “provocación” la actuación de los miembros de la CUP. Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, expresó su apoyo al conseller de Interior de Cataluña, Jordi Jané, en relación a su papel en las detenciones por orden judicial “Mi apoyo al conseller Jordi Jané y a Marta Pascal. Hay que cumplir y hacer cumplir las leyes democráticas siempre, no sólo cuando interesa”, escribió en Twitter. 


El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, salió en defensa de unos aforados desaforados que destruyeron, rompieron o guillotinaron, en sede parlamentaria, la fotografía del rey Felipe VI. Después del incendio vino el presidente de la Generalitat a decir que “no pasa nada por quemar una fotografía”. Lo hizo para que no se enfadasen sus aliados. “Políticos y  periodistas –escribe Juan Cruz en El País, bajo el título ‘Qué pasa cuando se quema una foto’–, hablan para que no se enfaden sus aliados, y dicen cualquier cosa que no dirían si no esperaran el aplauso o el abrazo del graderío. Una fotografía quemada es un recuerdo violado, un rostro arrojado al descrédito, un gesto torcido de la civilización. Tendría que leer Puigdemont la Oda a las cosas rotas de Pablo Neruda. Va de cuando empiezan a romperse cosas y luego se rompen todas las cosas. Una fotografía es el rescoldo de un instante, algo sagrado no solo para las tribus que creen que el alma está en una imagen; es una señal de respeto. Lo contrario, su incendio, la guillotina, es una señal de irrespeto. Eso no califica para el informe PISA pero descalifica a un país e incluso descalifica sus ambiciones”.

      Un centenar de miembros de la izquierda independentista lanzaron bolas de pintura y quemaron fotos del rey Felipe VI.

En la noche del martes, un centenar de miembros de la izquierda independentista lanzaron bolas de pintura y quemaron fotos del rey Felipe VI delante del cuartel de la Guardia Civil de Manresa (Barcelona), en protesta por la detención de cinco miembros de la CUP que se negaron a comparecer ante el juez tras quemar también fotos del Monarca. Los Mossos d'Esquadra desplegaron un fuerte dispositivo para proteger el cuartel y alguno de sus agentes recibió el impacto de las bolas de pintura. La protesta fue convocada por la organización Arran Manresa y partió sobre las 20.00 horas de la plaza Major de esta población para terminar ante el cuartel de la Guardia Civil, donde los manifestantes lanzaron gritos de “independencia” y “fuera las fuerzas de ocupación”, según fuentes de la izquierda independentista.

Catalunya, en manos del CUP

“Las palabras utilizadas en exceso –escribe Lluís Foix bajo el título ‘Así veo las cosas’–, la democracia entre ellas, pueden adquirir una rigidez que no encaja con la naturaleza de la política que es la resolución de conflictos por vías de negociación y de intercambio de intereses, de acuerdos y discrepancias. Mientras aquí se están rompiendo fotos borbónicas, el Estado nacionaliza las autopistas del anillo de Madrid con un desembolso de 5.000 millones de euros. Esta es una causa que merece todas las protestas y que evidencia el agravio comparativo con las infraestructuras del área metropolitana barcelonesa, que son del todo insuficientes comparadas con los gastos tan abultados que se prodigan en partes de España que aportan poco a la economía del país. El Govern de Catalunya evita criticar a la CUP para salvar los presupuestos. Me permito decirlo más claro: la tolerancia hacia los cuperos es para no perder el gobierno y no tener que acudir a otras elecciones anticipadas. La realidad es que Catalunya está en manos de la CUP porque Junts pel Sí o las formaciones que salieran en unas elecciones próximas sospechan que cosecharían un resultado inferior al que ahora tienen, perderían la mayoría y, por lo tanto, el poder. La CUP forzó la salida del president Mas a principios de este año y puede arrastrar igualmente a Puigdemont si no sigue las exigencias de los diez diputados anticapitalistas y antieuropeos que quieren la ruptura con España por las buenas o por las malas. Dudo que Puigdemont abra una confrontación con el Estado sin antes agotar todas las posibilidades legales. Pero lo que la mayoría del Govern no quiere lo pueden exigir los diez diputados cuperos que lo sustentan. Así me parece que están las cosas, con o sin Pacto Nacional para el Derecho a Decidir convocado para el día 23 de diciembre”.


El Mundo today informaba: “Lo volvería a hacer, no les tengo miedo”. Con estas palabras se dirigía Felipe VI a los españoles ayer por la noche después de romper frente a las cámaras los retratos de seis diputados de la CUP. Con este gesto respondía el monarca a los miembros de la formación catalana que horas antes habían roto fotografías del rey como forma de protesta. Durante la comparecencia ante los medios en el palacio de la Zarzuela, el monarca prometió que no dará ‘ni un paso atrás’ y, mientras rasgaba las imágenes de Benet Salellas, Eulàlia Reguant, Mireia Vehí, Gabriela Serra, Anna Gabriel y Joan Garriga ‘Nani’, les preguntaba a los diputados ‘si se daban cuenta de lo desagradable que es que rompan y quemen fotografías tuyas delante de todo el mundo”. A primera hora de la mañana, y tras la contundente respuesta de Su Majestad, los diputados no han tardado en convocar de nuevo a los medios en el Parlament, donde han vuelto a romper fotografías del rey pero esta vez de tamaño A3, es decir, el doble de grandes que las fotografías que destruyeron ayer. Tres cuartos de hora después, Felipe VI volvía a emular el gesto rompiendo de nuevo seis imágenes de los seis diputados de la CUP, esta vez de tamaño A2, aún mayores, y con la ayuda de la princesa Leonor. Fuentes de la Casa Real reconocen que el rey está ‘emocionado’ con la disputa de las fotografías hasta el punto de haber encargado papel satinado de 2000×3000 y unas tijeras de podar. Los diputados catalanes, por su parte, se están peleando en estos momentos con la impresora del Parlament, que al parecer se ha quedado sin tóner”.


Diversos comercios de origen catalán y vocación independista se han puesto de acuerdo para encargar una cantidad industrial de papel de regalo con la fotografía del rey Felipe VI, para hacer frente a las demandas de la temporada de Navidad. Los comerciantes explican que así los ciudadanos “podrán romper tranquilamente las foros del rey sin miedo a las represalias legales” y aseguran que esperan que las ventas se disparen.

 Dos meses de trabajo emplearon los maestros pasteleros para crear este Papa Francisco de 320 kilos de chocolate.

Museo del chocolate. El municipio de Rute, en el suroeste de Córdoba, en el “corazón” de Andalucía, alberga una serie de museos gastronómicos de lo más bizarro. En medio de una marabunta de visitantes dimos con El Museo del Chocolate. Allí pudimos contemplar con verdadero pasmo dulces figuras a tamaño natural de personajes tan populares y respetados como el rey y la reina, el Papa Francisco, Manolo Escobar o Bob Esponja.

 480 kilos pesa Don Juan Carlos I; 280 , Doña Sofía
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 480 kilos pesa Don Juan Carlos I; 280, Doña Sofía.

 Busto de Manolo Escobar, cantante almeriense y creador del porrompompero.

 Isabel Pantoja, retirada por las críticas, tras su entrada en prisión.

Los conservadores de la localidad catalana eliminaron la publicación tras ver las denuncias de los internautas. Según fuentes citadas por La Vanguardia, el PP de Alella asegura que se trata de “un error”.  Dicen que “la página la gestionan varias personas y que querían subir otra foto. Pero se han equivocado y han puesto ésta”. 


Un vídeo de las fiestas de Moros y Cristianos de Murcia lleva un par de días compartiéndose entre seguidores de Trump, neonazis y xenófobos norteamericanos, como si fueran alemanes organizándose para una nueva cruzada contra inmigrantes invasores. Los seguidores de Trump convierten a los templarios de Caravaca en neonazis a la caza de “invasores musulmanes”

Moros y Cristianos de Caravaca de la Cruz. Murcia.




El humor de esta semana en la prensa: Peridis, El Roto, Forges. Malagón, Manuel F, Vergara, J. M. Mora, Atxe, Pat, Samson, Xaquin, Pedripol…




















Pep Roig: Zig-zag, Un circo con fieras y payasos, La política como negocio, Lujerío y La peor opción.






Los vídeos de fin de semana: CRISTINA FALLARÁS RENTA BASICA Roman Polankik
El videoblog de Cristina Fallarás 001- #CuelgaAlQTeInsulta El videoblog de Cristina Fallarás
 TV3 - Via llibre - Cristina Fallarás TV3
MUJER CONTRA MUJER 016 - Reinado de Felipe VI: El debate que Suárez y Fallarás no consiguieron. Sabemos Vídeo
Cataluña: diputados de la CUP rompen fotos del rey Felipe ante las Cámaras del Parlament euronews (en español)
 
Tres encapuchados fascistas catalanes quemaban en septiembre del 2013 en Barcelona una foto del rey Juan Carlos I de España, así como las banderas española, francesa y europea, al término de la manifestación perpetrada por independentistas catalanes con motivo de la Diada de Cataluña. Independentistas catalanes queman la foto del Rey de España en Barcelona Canal de Filipinas - Noticias
  
Seraph Brass: Liszt's Hungarian Rhapsody No. 2, arr. Jeff Luke Seraph Brass