sábado, 3 de junio de 2017

El Stanbrook, el último barco que salió de la España republicana.



Cerca de 14.000 republicanos esperaban en marzo de 1939 en el puerto alicantino. El almirantazgo británico había enviado un mensaje a los barcos del Reino Unido que navegaban en el Mediterráneo. Un mensaje escueto que dejaba todo dicho: “La política del Gobierno permanece inalterable y las instrucciones para los barcos de Su Majestad se han transmitido en telegramas anteriores. No deberán entrar en puertos españoles para recoger a los refugiados republicanos. Alicante es una ratonera sin salida”. Con más del doble de pasajeros de los permitidos, el Stanbrook fue el último barco que salió de la España republicana rumbo a Orán, con más de 3.000 pasajeros a bordo, muchos de las cuales acabaron en Argelia, en campos de concentración franceses. El capitán del buque fue el único que se apiadó de los vencidos, permitiendo que todos aquellos republicanos se trasladaran en su barco, desobedeciendo las órdenes de seguridad, y ordenando que nadie se moviera durante el viaje por peligro a desestabilizar el buque. El carguero partió de Alicante en la medianoche del 28 de marzo de 1939, dos días antes del final de la guerra.

La exposición “Stanbrook, 1939”, recoge el exilio republicano en el norte de África. Fue organizada por la Universidad de Valencia en el Centre Cultural La Nau, Valencia. Y recupera una serie de objetos, documentos, mapas, fotografías, imágenes, audiovisuales e ilustraciones de Paco Roca. Una muestra comisariada por Rocard Camil Torres que aspira a rememorar, de forma fidedigna y didáctica la odisea del trayecto del Stanbrook y examinar el sórdido y doloroso destino que tuvieron que sufrir sus pasajeros vencidos, perseguidos, huidos, exiliados, maltratados, humillados y desterrados. “Durante aquella tarde-noche del 28, llenaron el muelle de Alicante varios miles de ciudadanos. Cerca de 3.000 se iban con lo que podían. Y, al llegar la medianoche, el carguero Stanbrook, el último barco con exiliados republicanos junto al Maritime, salió del puerto apenas dos días antes del último parte de guerra del general Franco del 1 de abril que daría por terminada la guerra. El Gobierno de la República se había desmoronado después del golpe del coronel Casado, y todos sus líderes habían huido del país por la frontera francesa o por avión. De Juan Negrín a Manuel Azaña, hasta personalidades del Partido Comunista como Santiago Carrillo. En tierra quedaban, en cambio, los últimos ciudadanos que buscaban una salida, muchos de ellos con carnet de partido, esperando durante horas en una interminable cola, al pie de la pasarela que les separaba del carguero Stanbrook”.

El Winnipeg no podía entrar en el puerto, intimidado por la presencia del buque, pero el Stanbrook, en puerto, saldría cargado de republicanos, gracias a las órdenes del capitán Dickson, un escocé que, con su buque mercante de bandera francesa, desafió el bloqueo del puerto que desplegaba ya la Armada de Franco. Setenta y seis años más tarde, el 26 de mayo del 2017, el puerto de Alicante amanecía el pasado viernes sin la placa dedicada al Stanbrook. El acto vandálico coincidió con los actos organizados el jueves en recuerdo de las víctimas que los bombardeos franquistas causaron en el Mercado Central de Alicante, cuando el puerto alicantino se convirtió durante los últimos días de la República en una auténtica ratonera humana. Cientos de personas acudieron al puerto esperando poder escapar de España. Sin embargo, Franco no permitió la salida de estas personas y solo pudo salir un barco, el Stanbrook, que lo hizo gracias a la valentía de su capitán y de su tripulación.

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