miércoles, 20 de diciembre de 2017

Cena de empresa 21-D.


“Cena de empresa –escribe Jordi Évole– en un restaurante del Poble Sec de Barcelona. Momento del ridículo parlamento del jefe para hacer balance del año. Todos saben que no es muy 'indepe'. Y los currantes, con esa valentía que te dan un par de copas de vino (bastante bueno para ser del ‘menú para grupos’), se arrancan a cantar ‘In-inde-independència’. El jefe, envalentonado por el mismo vino, les acompaña a grito pelado, y lo lleva más allá: ‘Els carrers seran sempre nostres’, y todos pican con las manos al ritmo del cántico que se inventaron los de la CUP y que acabaron coreando los trabajadores de La Caixa, cortando el tráfico en la Diagonal (estampas del 'procés'). Pero la cosa no acaba ahí.

“De repente alguien se anima con el ‘Yo soy español, español, español…’. Y los mismos que se desgañitaban cantando a favor de la independencia, ahora lo dan todo como si estuvieran celebrando el mundial de 'La Roja'. Y todos se parten de la risa. La cena sigue tan ricamente. Más copas en un bar del barrio, y más tarde a la sala Apolo. No se descarta que algunos acabasen empañando los cristales del coche en alguna rampa de Montjuïc. No se registraron más incidentes. (Ni nadie grabó ningún vídeo recomendando hipotecas fijas). Ya sé que esta noticia no vende. Que vende más la discordia, el enfrentamiento, y el socavón social generado en Catalunya, y que no voy a negar. Pero tendremos que empezar a destacar lo bueno para superar la pesadilla en la que hemos vivido”.

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